Demagògia d'un expresident


(Este documento es para responder a la carta del expresidente de gobierno Felipe González.) La propuesta que hace Junts pel Sí, esa extraña coalición unida solo por el rechazo a España, puede ser el comienzo de la verdadera “vía muerta” para Cataluña. Rompiendo la legalidad, nadie que tenga la obligación de cumplir la ley va a negociar nada.


Hace casi dos décadas que salí de la presidencia del Gobierno de España. No tengo responsabilidades institucionales ni de partido. He recuperado la sencilla condición de ciudadano, aunque en todo momento comprometido con nuestro destino común. (Apreciado expresidente; se vende como muy patriota, pero se olvida que sigue cobrando como expresidente del gobierno; lo de sencilla sobra; y que no tiene responsabilidades de gobierno, no es verdad.) Por ese compromiso con España, espacio público que compartimos durante siglos, me dirijo a los ciudadanos de Cataluña para que no se dejen arrastrar a una aventura ilegal e irresponsable que pone en peligro la convivencia entre los catalanes y entre estos y los demás españoles (Si vende estas elecciones como ilegales está yendo en contra de la democracia.  Aunque el partido “Junts pel sí” fuese ilegal (que no lo es) me tendría que explicar como nunca se ha quejado usted de partidos como la “Falange”… Pero creo que la explicación está clara, este partido puede ganar y puede proponer ideas innovadoras que chocan con su anticuada visión de “una grande y libre” (al final los del PSOE no serán tan  socialistas) ).
Siempre he sentido gratitud por vuestro apoyo permanente y mayoritario para la tarea de gobierno. Siempre, incluso cuando este apoyo era declinante en el resto de España. Y gracias a esta sintonía he podido representaros con orgullo, como a todos los españoles, en Europa, en América Latina y en el mundo. Con vuestra confianza hemos progresado juntos, durante muchos años, superando la pesada herencia de la dictadura, consolidando las libertades, sentando las bases de la sociedad del bienestar y reconociendo, como nunca antes en la historia, la identidad de Cataluña y su derecho al autogobierno (¡¿De verdad?! ¿Reconociendo como nunca antes la historia, la identidad y su derecho de autogobierno? Creo que está demasiado apartado del  gobierno y del estado; tenemos el estatuto más recortado desde la transición, el catalán es el primer año que ha perdido hablantes desde décadas, aún se niegan a pedir perdón por el asesinato de nuestro expresidente Companys, la mayoría que defienden la unidad de España niegan la historia milenaria de Catalunya y de los catalanes, ... ).
He creído y creo que estamos mucho mejor juntos que enfrentados: reconociendo la diversidad como una riqueza compartida y no como un motivo de fractura entre nosotros. Para mí, España dejaría de serlo sin Cataluña, y Cataluña tampoco sería lo que es separada y aislada (Lo que puede ser Catalunya y España en el futuro aún queda por ver, no se cuelgue méritos para predicción. Juntos estamos bien si los gobiernos Españoles fuesen racionales y justos con toda la diversidad de España, pero eso no es así; y si lo niega aún me da más razones para querer independizarme de estos gobiernos.).
La idea de “desconectar” de España, como propone Artur Mas, en un extraño y disparatado frente de rechazo y ruptura de la legalidad, tendría unas consecuencias que deben conocer todos (no solo de Artur Mas, sigue encallado con la visión de que nuestro presidente hace todo esto porque quiere, hace todo esto porque su pueblo se lo pide. ¡Él ha escuchado al pueblo, a diferencia del presidente de España!):
He creído y creo que estamos mucho mejor juntos que enfrentados (¿Quien está enfrentado? Tengo muchos amigos de todas las regiones de España y la mayoría, los democráticos de verdad, ven bien que nos pregunten oficialmente lo que queremos.)
— Desconectarían de una parte sustancial de la sociedad catalana, fracturándola dramáticamente. Ya se siente esa fractura en la convivencia, y se empiezan a oír voces de rechazo a los que no tienen “pedigrí” catalán. (¿Como puede hacer esta afirmación? ¿Les gusta avivar el odio? Hay un partido “Súmate” donde hay estos catalanes que usté dice que no tienen “pedigrí”, hacer esta frase lo convierte, disculpeme, en un incitador al odio entre catalanes y en un embaucador a todos los territorios de España.) Esos ciudadanos catalanes se sienten hoy agobiados porque se está limitando su libertad para expresar su repudio a esta aventura, porque le niegan o coartan su identidad —catalana y española— que viven como una riqueza propia y no como una contradicción (Nadie ha dicho que los catalanes que quieran en el futuro no tendrán su doble identidad, si se niega a esta doble identidad, será desde la parte de España (viendo su escrito es lo que quieren hacer…)).
— Desconectarían del resto de España, rompiendo la Constitución, y por ello el Estatuto que garantiza el autogobierno, y la convivencia secular en este espacio público que compartimos. En el límite de la locura, empiezan a ofrecer ciudadanía catalana a los aragoneses, valencianos, baleares y franceses del sur. Hemos pasado épocas de represión de las diferencias, de los sentimientos de pertenencia, de la lengua, pero desde hace casi cuatro décadas, con la vuelta de Tarradellas, entramos en una nueva etapa de reconocimiento de la diversidad y de construcción del autogobierno más completo jamás habido en Cataluña (Ya le he dicho que esto no es verdad, tenemos el autogobierno más recortado de todos los tiempos. A parte, lo de ofrecer la ciudadanía a otras regiones no es una imposición, sino una no negación, a nuestro proyecto se podrán sumar aquellos que en el futuro quieran, queremos una democracia para el pueblo.).
— Desconectarían de Europa, aislando a Cataluña en una aventura sin propósito ni ventaja para nadie. ¿Imaginan un Consejo Europeo de 150 o 200 miembros en la ya difícil gobernanza de la Unión? Porque ese sería el resultado de la descomposición de la estructura de los 28 Estados nación que conforman la UE. ¿Imaginan al Estado francés cediendo parte de su territorio para satisfacer este nuevo irredentismo? Nadie serio se prestará a ello en Europa y, menos que nadie, España, que tanto luchó por incorporarse y participar en la construcción europea, tal como es, con su diversidad y, por cierto, con el máximo apoyo de Cataluña (A ver: ¿Está hablando en nombre de la UE? Antes de afirmar que quedaríamos fuera, le propongo que lea la constitución europea y los términos de formar parte (si más no) de la unión monetaria. ¿De verdad cree que Europa dejaría Cataluña fuera? Si es así, tal vez no quiera formar parte de esta Europa...).
— Desconectarían de la dimensión iberoamericana (que tanto valor y trascendencia tiene para todos) y especialmente de Cataluña porque este vínculo se hace a través de España como Estado nación y de la lengua que compartimos con 500 millones de personas —el castellano—, como saben muy bien los mayores editores en esta lengua, que están en Barcelona (Es curioso como los datos que puedo contrastar opinan todo lo contrario a usté, iberoamérica se sentiria mas comoda de tratar con otro país que no fuese España directamente y que le ofreciera lo mismo.).
El desgarro en la convivencia que provoca la aventura de Mas afectará a nuestro futuro (Aquí le doy la razón, afectará, pero a mejor.)
Naturalmente afirman lo contrario: “Solo queremos desconectar de España”. ¿De qué España? ¿La que excluye también Aragón, Valencia y Baleares? Los responsables de la propuesta saben que lo que les estoy diciendo es la verdad, si se cumpliera ese “des-propósito”. En realidad tratan de llevaros, ciudadanos de Cataluña, a la verdadera “vía muerta” de la que habla Mas, en un extraño “acto fallido” (Tiene toda la razón, Artur Mas le encantaría llevar a todo el pueblo a la deriva, a sus hijos también, a todos sus familiares y amigos, le encanta ver sufrir… Por favor... ¡¿Pueden dejar de hacer demagogia y contratacar con argumentos válidos, no con la idea absurda que el presidente (que ya le he dicho antes que no es el único) quiere llevar a Cataluña al desastre!?).
Vivimos en la sociedad más conectada de la historia. La revolución tecnológica significa “conexión”, “interconexión”, todo lo contrario a “desconexión”. Cada día es mayor la interdependencia entre todos nosotros: españoles de todas las identidades, europeos de la Unión entre 28 Estados nación, latinoamericanos de más de 20 países, por no hablar de nuestros vecinos del sur o del resto del mundo. Pregunten a sus empresas, las que crean riqueza y empleo por esta desconexión (Confunde conexión mundial con desaparición de estados, y eso no es verdad, la globalización nos lleva a que cada territorio podrá ser autónomo conectándose con el resto del mundo.).
La propuesta que hace esa extraña coalición unida solo por el rechazo a España, sea cual sea el resultado de la falseada contienda electoral, puede ser el comienzo de la verdadera “vía muerta”. ¿Cómo es posible que se quiera llevar al pueblo catalán al aislamiento, a una especie de Albania del siglo XXI? El señor Mas engaña a los independentistas y a los que han creído que el derecho a decidir sobre el espacio público que compartimos como Estado nación se puede fraccionar arbitraria e ilegalmente, o que ese es el camino para negociar con más fuerza. Comete el mismo error que Tsipras en Grecia, pero fuera de la ley y con resultados más graves (¿Por lo tanto, llevamos 5 años pidiendo que se nos escuche, solo recibimos golpes de puerta, y ahora que queremos votar somos nosotros los ilegales? De verdad, expresidente, salga un poco a la calle, escuche un poco al pueblo catalán y deje de escuchar a los que tiene a su lado.).
¿Qué pasó cuando se propuso a los griegos una consulta para rechazar la oferta de la Unión Europea y “negociar con más fuerza”? Después de que más del 60% de los griegos lo creyeran, Tsipras aceptó condiciones mucho peores que las que habían rechazado en referéndum, con el argumento, que sabían de antemano, de que no tenían otra salida. ¿Sabían que no había otra salida y engañaron a los ciudadanos? (¡Confunde a la población con situaciones que no son comparables!)
Pueden creerme. No conseguirán, rompiendo la legalidad, sentar a una mesa de negociación a nadie que tenga el deber de respetarla y hacerla cumplir. Ningún responsable puede permitir una política de hechos consumados, y menos rompiendo la legalidad, porque invitaría a otros a aventuras en sentido contrario. Todos arriesgaríamos lo ya conseguido y la posibilidad de avanzar con diálogo y reformas (¡Repito, llevamos años pidiendo que se nos escuche y no quieren hablar!).
Eso es lo que necesitamos: reformas pactadas que garanticen los hechos diferenciales sin romper ni la igualdad básica de la ciudadanía ni la soberanía de todos para decidir nuestro futuro común. No necesitamos más liquidacionistas en nuestra historia que propongan romper la convivencia y las reglas de juego con planteamientos falsamente democráticos (En este sentido, no estoy del todo en desacuerdo, y es por eso que hay partidos que defienden esta visión, pero insisto que la visión del Sí no es ilegal.).
Si la reforma de la ley electoral catalana no ha podido aprobarse porque no se da la mayoría cualificada prevista en el Estatuto, ¿cómo se puede plantear en serio la liquidación del mismo Estatuto y de la Constitución en que se legitima, si se obtiene un diputado más en esa lista única de rechazo? ¿Cómo el presidente de la Generalitat va en el cuarto puesto, como si necesitara una guardia pretoriana para violentar la ley? (¡La ley electoral catalana fué aprobada por más de 2 tercios de la cambra, fué rechazada por el tribunal constitucional que forman ustedes, PSOE, con el PP! Por favor, deje de engañar.)
Es lo más parecido a la aventura alemana o italiana de los años treinta del siglo pasado. Pero nos cuesta expresarlo así por respeto a la tradición de convivencia de Cataluña. El señor Mas sabe que, desde el momento mismo que incumple su obligación como presidente de la Generalitat y como primer representante del Estado en Cataluña, está violando su promesa de cumplir y hacer cumplir LA LEY. Se coloca fuera de la legalidad, renuncia a representar a todos los catalanes y pierde la legitimidad democrática en el ejercicio de sus funciones (¿Está comparando nuestro estado con el estado de Hitler o Mussolini? Espero que este parágrafo lo retire y pida perdón, es intolerable escuchar esto, pues en ningún momento se niegan otras visiones ni otros ideales...).
No estoy de acuerdo con el inmovilismo del Gobierno de la nación, cerrado al diálogo y a la reforma, ni con los recursos innecesarios ante el Tribunal Constitucional. Pero esta convicción, que estrecha el margen de maniobra de los que desearíamos avanzar por la vía del entendimiento, no me puede llevar a una posición de equidistancia entre los que se atienen a la ley y los que tratan de romperla (Aquí ya sale el anti PP, podría discutir otra vez lo de romper la ley… pero hay leyes que liberan al pueblo y otras que las apresan… ).
No creo que España se vaya a romper, porque sé que eso no va a ocurrir, sea cual sea el resultado electoral. Creo que el desgarro en la convivencia que provoca esta aventura afectará a nuestro futuro y al de nuestros hijos y trato de contribuir a evitarlo. Sé que en el enfrentamiento perderemos todos. En el entendimiento podemos seguir avanzando y resolviendo nuestros problemas (Cuando le vea a usted y a otros expresidentes intentar convencer al diálogo tanto al presidente actual como los posteriores, luego creeré que ustedes van a favor de mejorar la convivencia. Hasta entonces, leyendo estas cartas, lo que veo es que son ustedes los que incitan al odio y a la rotura de la convivencia...)